Dosis diaria de gente.
Cuando estamos en clase o en el trabajo, nos relacionamos
con los compañeros de puertas hacia dentro. Vemos si hacen su trabajo mejor o
peor, si habláis más o menos, si es más pesad@ o es soportable. Si colabora
contigo. Si es simpátic@. Pero no nos paramos a pensar en esas personas de
puertas hacia fuera, es decir, a esas personas en su “vida real” día a día.
Sin embargo un día de repente te quedas a solas con uno de
ellos y comenzáis a hablar y entonces descubres que a lo mejor un compañero/a
que se lleva bien con todos los demás compañeros, en su vida real apenas tiene
amigos, o que una mujer que te resulta realmente pésima tiene una fuerza mental
inmensa y ha sido una autentica madre coraje.
A lo mejor esa chica que ves todos los días hablando de
gustos afines a los tuyos si hubieseis coincidido más a menudo en el mismo
puesto o grupo os veríais con distintos ojos, pero al no coincidir no se ha
creado ningún tipo de confianza ni vínculo.
Y puede que esa persona que pasa desapercibida en clase, en
su tiempo libre sea verdaderamente un/a artista.
Siempre nos podemos llevar una sorpresa con la gente que nos
rodea. Cuando terminan las obligaciones y comenzamos a “vivir” Cuando miramos más
allá. Cuando nos damos cuenta de que una persona que flojee en un cierto
sentido puede que sea admirable en otro.
En fín, lo importante es ser buena gente, con nuestros
defectos, por supuesto, pero con buen fondo a fin de cuentas.
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